Originario de Tulancingo de Bravo, el Guajolote es razón suficiente para visitar este lugar, la segunda población más importante del estado de Hidalgo.
Con Jennifer a mi lado, aprovechamos para visitar algunas de las atracciones del municipio: La zona arqueológica de Huapalcalco, el museo del ferrocarril, la estatua del Santo (y también su museo) y finalmente el jardín central.
Después del paseo era hora de comer. Decidimos probar nuestra suerte en La Verbena, ubicado frente al jardín La Floresta, en calle Parque Juárez 117, colonia Centro. El lugar es pequeño y sencillo, también económico, además de los guajolotes ofrecen enchiladas, plato ranchero, tacos de pollo y otros platillos tradicionales. ¡Ah!, y cosa curiosa, si tu celular no cuenta con wi-fi ellos lo solucionan. o.O
El guajolote consiste en una telera con frijoles y enchiladas de charola fritas en manteca, puede ser verde, rojo o de mole. Los clásicos son de pollo, pero los hay también de huevo, arrachera y suadero.
Esta descripción no fue suficiente para impedirnos "abrir el apetito" con una orden de tacos de pollo. ¡Deliciosos!
Al terminar llegaron los guajolotes, los pedimos verdes, con pollo y quesillo extra. Contrario a lo que pudiera pensarse no resulta abrumador y sí estupendo. Sobra decir que uno te deja satisfecho por completo.
De principio a fin Tulancingo me dejó un grato sabor en la boca, tanto que con gusto volvería por guajolotes y tacos de pollo a la Verbena :)
Desde 1930
La botana, ja
¡Monumental!
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