19° 42' latitud norte, 98° 27' latitud oeste, precedida de dorados campos de cebada aparece la tierra sobre agua.
Cuna de la charrería e importante zona pulquera de antaño, Apan se revela un lugar afincado en antiguas tradiciones.
Mis cortos pasos me guiaron ahí por primera vez hace ya tres veranos.
El Paste Real
El paste, pastry, pasti, pasty, como todo en México es producto del mestizaje. Su origen es británico, ya que los trabajadores ingleses de las minas de Hidalgo los trajeron con ellos.
El paste es el refrigerio pórtatil por excelencia. Su envoltura sorteaba los obstáculos de un ambiente como el de las minas. Su particular diseño ofrece varias ventajas: la masa conserva el calor del guiso y la trencita de la misma permite sujetarlo aún con las manos sucias por la labor. Hoy ya no es necesario desecharla, lo desaconsejo por completo ya que la encuentro deliciosa.
Otra de las características del paste es que su masa es más fina que la de una empanada (¡por ningún motivo se les debe confundir!) y que la cocción de sus rellenos se lleva a cabo dentro del horno.
Los rellenos tradicionales son de papa y picadillo de carne. La versatilidad del envoltorio permite que actualmente sean tan múltiples y variados como la imaginación: frijoles, mole verde o rojo, tinga, atún, salchicha, tres quesos, crema de pollo, champiñón con queso, hawaiano; los hay también dulces como el de arroz con leche, piña y zarzamora.
Mi favorito es el de frijol: negros y refritos, sazonados con algo de picante; se convierte en un exquisito bocado.
Cuando en Apan el paste debe comerse siempre en el Paste Real, ubicado a un costado de la iglesia principal, a unos cuantos pasos de la plaza del lugar, en Av. Miguel Hidalgo Oriente # 5, Colonia Centro.
La pasteria (si se me permite el uso de esta palabra) emite un intoxicante aroma que nos acerca como osos a la miel. Si es posible hay que esperar a que salgan del horno, para disfrutar la suavidad de la masa y su ligera crocancia, además de que el generoso relleno estará caliente y humeante. Servidos en tradicionales bolsas de papel de estaño, son perfectos para comer on the go.